viernes, 7 de agosto de 2009

Un poco de todo

Sé que no escribo con frecuencia y que los seguidores de mi blog lo son porque son mis amigos no porque sea El Blog. En fin, últimamente han pasado tantas cosas, he almacenado tanta información, tantas sensaciones, tantos... de todo que siento que voy a reventar. Espero que esto me ayude a "desinflarme" un poco.

Vamos por partes. Hace casi un mes comencé a darme cuenta de que el tiempo pasa y la realidad cambia, las cosas dejan de ser como antes de manera tan drástica que asusta. Heike y yo fuimos a un bautizo -como antes somos la pareja oficial en eventos sociales a los que no queremos asistir pero alguna de las dos debe, así que nos apoyamos moralmente-. Una semana antes de eso había sido el baby shower de mi prima y un día antes el de Akemi. A ver ¿en qué momento mi mundo cambió tanto que mi agenda los fines de semana reza "bautizo de..." "baby shower de.." "nacimiento de.."? ¿Por qué gente que siento cercana se reproduce de manera tan intempestiva? Es extraño acoplarse a la nueva realidad en la que todos a mi alrededor continúan con el "Ciclo de la Vida" y yo... bueno sigo siendo sólo yo.

No quiero entrar en el momento incómodo de la melancolía, creo que la carga ha disminuido notablemente desde que empecé a escribir, mi agobio volverá en unos días y quizá escriba un poco más, ahora ya no es necesario. Además hace unas horas recibí el correo más hermoso que me hayan enviado y el momento no pudo ser más adecuado. Lo escribió mi mejor amiga.

El vacío que me invade con el "sigo siendo sólo yo" cambiará cuando tenga que serlo, mientras tanto todo lo demás está bien.

miércoles, 27 de mayo de 2009

En proceso

Mientras escucho a Noel Nicola pasan muchas cosas por mi mente, recuerdos, planes, decisiones. Me encantaría tener un botón para ver el futuro y saber si las cosas que estoy haciendo sirven de algo, si van a ayudarme o no a cumplir con mis objetivos, si algún día voy a tener lo que quiero. Nunca había sido tan complicado seguir un plan, es más tener un plan es un problema. Hoy me invadió la espantosa sensación de querer escapar, una vez más. Estoy harta de no sentirme cómoda, de tener constantemente esa vocecita que me grita ¡No, no lo hagas, no está bien! ¿Cuándo va a estar bien? ¿Cuándo voy a poder estallar en llanto sin que me importe si hay alguien?

Hoy quiero llorar por todo y por nada, quizá la presión en el pecho se deba a todos los fracasos. Esos intentos fallidos comienzan a pesar. Me consuelo pensando que algún día todo va a salir bien.

lunes, 11 de mayo de 2009

Saliendo del clóset

Me cuesta mucho trabajo publicar una entrada, he tenido infinidad de intentos que terminan convertidos en deshechos cibernéticos. Creo que hoy voy a reivindicar el camino y publicaré por primera vez en meses, no tengo idea de qué voy a hablar, quizá de todo o quizá de nada, es sólo cuestión de hacer un ejercicio mental para dejar de reprimirme como siempre.

Nota mental: superar mis complejos y salir del clóset es más complicado de lo que pensé. La próxima vez pediré ayuda profesional.

jueves, 1 de enero de 2009

Año Nuevo

Entre estas líneas se encuentra la opacidad de mi persona. No soy como me perciben, o no quiero creerlo ahora. Pasa un año y las cosas se complican, la gente cambia, el ambiente, y yo: muto. Por primera vez en mi vida la celebración del Año Nuevo no fue un ritual, no hubo uvas, ni abrazos, ni risas, fue simplemente una vuelta al calendario.

Me sigo preguntando por qué la llegada del Año Nuevo se transforma en una víspera de prosperidad para el mundo, por qué a veces resulta necesaria para "renovar" -aunque sea por un instante- objetos, actitudes, rencores. Qué se debe esperar. Por qué hemos de negar lo que tenemos y lo que somos para convertirnos en alguien mejor y no valorarnos por el simple hecho de existir.

He tenido días mejores. Hoy me abruma la melancolía. Soy presa de la nostalgia de una casa plagada de gente con el afán de divertirse, de vivir la vida como si no existiera un mañana. Extraño la música, las sonrisas sinceras y el tibio abrazo de una abuela que anhela ver crecer a su familia y prosperar.
Hoy mis recuerdos se han convertido en sombras que no volverán. Abrí los ojos una mañana para darme cuenta de que esa infancia maravillosa no era más que un escaparate. A veces las familias no perduran y se reducen tan sólo a los miembros más cercanos, al núcleo al que pertenezco esperando que no sea disuelto a pesar de las adversidades.

Mi abuela murió hace casi quince años y creo que nunca la había extrañado tanto como lo hago el día de hoy.